Desde territorio colombiano, y a partir del 29 de enero de 2019, Juan Guaidó reconocido por poco más de 50 países del planeta como gobernante de Venezuela, empezó a nombrar a sus embajadores y embajadoras.
De esos poco más de 50 países, 27 siguen con representaciones diplomáticas del gobierno de Nicolás Maduro y mantienen relaciones diplomáticas y económicas con este.
Sin embargo y ante el nulo reconocimiento de más de 130 países y organizaciones internacionales, muchos de estos embajadores han enfrentado serios problemas para llevar a cabo sus funciones.
Elissa Trota, nombrada hace poco más de un año en Argentina, perdió sus credenciales una vez que el nuevo gobierno se lo informara y debió salir del país suramericano.
Guarequena Gutiérrez, representande de Guaidó en Chile, nunca recibió las credenciales y tampoco sustento económico por parte de su «gobierno» para llevar a cabo sus funciones, por lo que renunció a su cargo.
Su ex-embajador en Colombia Humberto Calderón, hizo serias acusaciones por «el manejo de los fondos destinados a la operación fallida para el ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela del pasado 23 de febrero (2019)». Dentro de sus acusaciones, y por las cuales fue cesado, estaba el uso de esos fondos para la contratación de prostitutas y compra de licor por parte de los personeros de Guaidó.
Cabe recalcar que a setiembre de 2020, solo 17 «representaciones diplomáticas» de Guaidó siguen activas.
Los venezolanos en esos países enfrentan un serio dilema, ya que para poder acceder a documentos oficiales, deben desplazarse a otros países para adquirirlos.
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