Partido Acción Ciudadana en caída libre

Toda una sorpresa, así lo expresó el precandidato Werner Ramos al valorar la asistencia a la Convención celebrada el día de ayer.

Para muchos, la participación en la convención los tomó de sorpresa. Sin importar si se pertenece a este partido o no, lo cierto del caso es que los números de votantes que participaron estuvieron en rangos inferiores que casi nadie podría prever.

Las proyecciones de la participación en la convención con base en lo escrutado hasta el momento, rondarán los diez mil votos en todo el país, un número ciertamente bajo para un partido que ha estado dos veces consecutivas, en el gobierno.

Ni siquiera en los cantones en donde el P.A.C. tiene la alcaldía lograron sumar una cantidad de votos al menos aceptable.

La tendencia de Werner Ramos se siente insegura del proceso. Cuestiona la lentitud de los resultados en tanto la candidata Carolina Hidalgo, quien mantiene una ventaja que ronda los quinientos votos sobre Ramos, solicita «calma» y que sea cual fueren los resultados, estos se respeten.

500 votos: Toda una diferencia

En una circunstancia como esta con una votación tan raquítica, quinientos votos podrían convertirse en un muro infranqueable para Werner Ramos.

Las reacciones de ambos bandos muestran por un lado, confianza en que esta diferencia no sea superada y por el otro, que los resultados son tan distintos a los esperados que preocupa incluso la lentitud del conteo.

Algo de historia

El Partido Acción Ciudadana fue fundado en el año 2000 por personalidades que salieron del Partido Liberación Nacional de quienes destacaron Ottón Solís Fallas, Alberto Cañas y Margarita Penón. Muchos otros líderes se les fueron uniendo no solo de su ex – partido sino de la Unidad Social Cristiana. Su objetivo era presentar una opción a los costarricenses de corte social – demócrata / progresista y retar el bipartidismo que mantenía su hegemonía en la política de nuestro país.

Ottón Solís, Margarita Penón y Alberto Cañas, fundadores del P.A.C.

Desde su fundación y conforme pasaban los años, sus números en crecimiento eran impresionantes. Ya en el 2002 y como candidato Ottón Solís Fallas, el partido se estableció como la tercera fuerza política del país. Obtuvo la nada despreciable cifra de 400,681 votos.

En la siguiente elección repitió la candidatura de Ottón Solís. Obtuvo el segundo lugar con un estrecho margen con quien ganara esa elección, el señor Oscar Arias. Obtuvo en esta ocasión 646,382 votos.

En el año 2010 se vuelve a presentar como candidato Ottón Solís Fallas, perdiendo de nuevo esta vez contra la candidata del Partido Liberación Nacional, Laura Chinchilla. Aquí el margen fue mucho más amplio. Su segundo lugar lo obtuvo con 478,877 votos, lo que significó una reducción muy importante respecto a 2006. Esta sería la última elección en la que Ottón Solís se presentara como candidato. Él mismo expresó en aquellos años, que «Costa Rica no lo quería como presidente» y que solo si Dios mismo le hablara, él volvería a ser candidato.

Para el año 2014 y luego de un gobierno desastroso de Laura Chinchilla, quien en su momento declaró que su antecesor Arias Sánchez le había entregado un gobierno con las «arcas vacías», el Partido Acción Ciudadana ganó su primera elección, presentando como candidato a Luis Guillermo Solís. Esta elección tuvo particularidades como la de tener que resolverse en segunda ronda.

En la primer ronda obtuvo 629,866 votos contra los 610,634 votos de Johnny Araya Monge del Partido Liberación Nacional. El candidato Araya abandonó tácitamente la campaña en segunda ronda aduciendo falta de recursos para llevarla a cabo. No obstante el proceso para la elección continuó con normalidad para decidir la elección en segunda ronda.

Muchos costarricenses hartos del bipartidismo, de la corrupción galopante demostrada tanto en el Partido Liberación Nacional así como en el Partido Unidad Social Cristiana en donde líderes como Jose María Figueres, Rafael Ángel Calderón Fournier, Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez estaban siendo encausados penalmente y algunos de ellos condenados por distintas causas, sintieron que era el momento de dar el golpe de gracia. Es así que con esta esperanza se elige a Luis Guillermo Solís en segunda ronda con una votación que rompía todos los registros hasta el momento: 1,338,321 votos. Lo que significó el 77.76%

En el año 2018 y debido a serias acusaciones de corrupción durante el gobierno de Luis Guillermo Solís sobre todo respecto al caso denominado «Cementazo», la imagen del Partido Acción Ciudadana empezó a decaer. Adicionalmente y siendo que nadie lo esperaba, se plegó a las mismas políticas que los costarricenses habían repudiado de los partidos tradicionales. En esta elección tiene una caída estrepitosa en primera ronda, logrando 464,474 votos, muy por debajo de los obtenidos en la primera ronda de la elección anterior. Su contrincante no fue en este caso de un partido político tradicional. Se trató del fundamentalista religioso Fabricio Alvarado, presentado por el partido Restauración Nacional. Este obtuvo la mayoría de votos en primera ronda, pero insuficientes para obtener la presidencia de la República.

Ya en segunda ronda se repite el fenómeno de la votación masiva para el Partido Acción Ciudadana. Obtiene 1,322,908 votos que llevan al poder a Carlos Alvarado. Muchos interpretan esta afluencia de votos contra el candidato religioso tal y como sucedió en la elección del 2014, donde el voto se trató de un castigo contra el Partido Liberación Nacional, quien por cierto en esta elección obtuvo un escuálido tercer lugar con solo 400,757 votos.

Caída libre

Muchos factores pueden apuntarse para el declive electoral del Partido Acción Ciudadana, reflejado en la realmente raquítica participación de este domingo:

  1. Actos de corrupción del gobierno de Luis Guillermo Solís y que seguían en impunidad
  2. Alejamiento de sus políticas social demócratas
  3. Decisiones ambivalentes en política exterior
  4. Entregar la política económica al candidato del Partido Unidad Social Cristiana, y quien fue cuarto lugar en la elección.
  5. Atención poco eficiente del tema de la Pandemia con medidas impopulares que cambiaban de acuerdo a los intereses de algunos sectores económicos.
  6. Decepción del electorado al ver el resurgimiento de los partidos tradicionales a quienes ya se daban por muertos. Sobre todo por el papel preponderante que le brindó al PUSC, en la persona de Rodolfo Piza y a sus alianzas con el Partido Liberación Nacional. Ambos fortalecidos en este momento al punto de verse como posibles contendientes en primera o segunda ronda.

Conclusión

Sin importar el maquillaje que se le quiera dar, es claro que el resultado de esta convención refleja una caída libre del electorado a la propuesta del Partido Acción Ciudadana.

Un partido que está actualmente en el gobierno, que no reciba ni siquiera una votación mínimamente decente en sus cantones y que además tenga a su haber dos gobiernos en consecutivo con votaciones históricas, es claramente un partido que está en declive. Sin embargo y la experiencia señala que muchas veces el electorado debe elegir en segunda ronda, entre dos opciones. Si la segunda opción resulta peor que una de ellas y esta es el Partido Acción Ciudadana, podría repetirse el fenómeno por tercera vez y llegar al poder con todas las posibilidades en contra, ya que el votante tendría que votar entre «diablo conocido» y «diablo por conocer».

Fuentes consultadas:
Wikipedia, elección 2002

Wikipedia, elección 2006

Wikipedia, elección 2010

Wikipedia, elección 2014

Wikipedia, elección 2018

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