Romería a Cartago: Una tradición de fe sin fundamento histórico

Muchos se preparan para iniciar su acostumbrada Romería hacia Cartago. La intención de la mayoría es rendir tributo a la denominada «Negrita», nombre cariñoso con el que es conocida la Virgen de los Ángeles.

Se le enseña a las personas devotas de esta imagen, que este sacrificio debe llevarse a cabo ya sea para solicitar un favor especial o bien para agradecer por uno recibido. Algunos incluso llevan esto al extremo, pues se han visto casos en donde personas cargan pesados maderos, recorren el trayecto descalzos o descalzas, o lo terminan avanzando de rodillas desde las afueras de la Basílica hasta su interior.

Algo de historia

La historia oficial relata que en 1635 una mulata de nombre Juana Pereira encontró esta figura cerca de un río ubicado en la Puebla de los Pardos, en Cartago. Luego en su honor se edificó un templo y más tarde se le nombró patrona de Costa Rica.

Aunque cuestionar la veracidad del hallazgo no tiene sentido para los expertos consultados (porque coinciden en que el valor de esta Virgen va más allá de lo racional y lo científico), historiadores se han dado a la tarea de hurgar en el pasado y rescatar documentos de antaño para hilvanar una versión más fidedigna que la transmitida, generación tras generación, desde el aula o el púlpito.

Es claro que no existen suficientes evidencias históricas para establecer si el evento realmente se dio en aquellos años.  De hecho existen muchas inconsistencias que han puesto en tela de duda el relato. Por ejemplo, no sólo el año 1635 se apunta como la fecha de la aparición, sino que existen documentos que hablan de años tales como 1642 o 1639. Sobre la persona que la encuentra, llamada «Juana Pereira», en algunos escritos es una niña y en otros una mujer. En lo que sí se concuerda es que se trataba de una «mulata», pero es así por el lugar del que aparentemente provenía.

El lugar es otro asunto en discusión. Oficialmente se dice que fue en la Puebla de los Pardos en Cartago, no obstante para el año 1635 esa comunidad no existía con ese nombre.

La fecha es otro asunto en cuestión, ya que quien la establece como el día para conmemorar el hallazgo es el presbítero Victor Manuel Sanabria en 1934. En su libro «El Mensajero del Clero» escribió:

«Cómo se llamaría la mulata del hallazgo? Históricamente lo ignoramos, pero si la queremos bautizar y en el supuesto de que el Padre Sandoval haya sido el famoso cura, yo propondría que le impusiésemos el nombre de Juana, pues en el Pueblo de San Juan de Herrera, el 13 de julio de 1638, figura una viuda Juana Pereira con don Alonso de Sandoval»

Es un asunto de fe y de tradición. Muchas creencias surgen precisamente de ello. Lo que sí deberíamos hacer todos es informarnos adecuadamente, entender que si se participa, es sobre la base de supuestos que se han convertido en dogmas religiosos y no en hechos históricamente establecidos.

¿Cuándo empezó todo?

El historiador Jose Daniel Gil Zúñiga, la historia de La Negrita es una leyenda que se fue nutriendo con el transcurrir del tiempo y se adecuó a los intereses de ciertos grupos sociales, tal y como sucedió en México con la Virgen de Guadalupe o a lo largo y ancho de América Latina en torno a diferentes creencias marianas.

El fervor hacia la Virgen de los Ángeles, se consolidó en el ocaso del siglo XIX, cuando la Iglesia Católica se vio en la necesidad de fortalecer su autoridad entre el pueblo. Ello, debido al ímpetu que estaba cobrando la burguesía agroexportadora, la cual había tomado el poder político e impulsaba una serie de reformas que irremediablemente minaban el dominio tradicional del clero.

Pese a que los cambios sociales no pudieron frenarse, lo cierto es que la Iglesia logró, en buena parte, su cometido. Aunque en aquellos años hicieron su aparición símbolos patrios como el himno nacional y la bandera (mediados del siglo XIX), la unidad monetaria y héroes de la talla de Juan Santamaría (finales siglo XIX e inicios del siglo XX), la Virgen de los Ángeles logró apropiarse de un lugar dentro del corazón de los ticos.

Si usted participará…

Si va a participar, tome en cuenta las recomendaciones de las autoridades. Lleve agua consigo e hidrátese adecuadamente. Utilice zapatillas cómodas, lleve dentro de su pequeña maleta, ungüento desinflamatorio, repelente contra los insectos, dulces y vaya siempre acompañado o acompañada.

Si lleva niños recuerde que ellos no tienen la misma resistencia de un adulto y bajo ninguna circunstancia los pierda de vista.

Si va a adelantar su Romería…

Recuerde que la Policía de Tránsito aun no estará regulando el flujo vehicular. Recuerde caminar siempre de frente a los vehículos y aprovechar las aceras en donde estas existan.

1 comentario en «Romería a Cartago: Una tradición de fe sin fundamento histórico»

  1. Si tuviéramos que buscar los fundamentos históricos de las religiones, viviríamos en un mundo sin religión.

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