Ante la salida del Salón de la O.N.U. por parte del presidente Luis Guillermo Solís y sus acompañantes al momento de tomar la palabra el presidente de Brasil Michel Temer, los sectores políticos más ultraconservadores del país, han pegado el grito al cielo y se han rasgado las vestiduras.
Casi como un grito de «¡Perdónalo, porque no sabe lo que hace!», diputados, analistas, exfuncionarios y medios de comunicación en coro, han tomado la palabra con la única intensión de gritar: «Nosotros no estamos de acuerdo, no nos tomen en cuenta este pecado». Quizá lo que no queda claro es hacia quién es dirigida esa plegaria.
Reacciones
Ignacio Santos en Telenoticias, con un rostro pálido y casi perdiendo los estribos, calificó como «payasada» el acto del señor presidente.
El Partido Unidad Social Cristiana, gritó: «Solís arrastró por los suelos prestigio internacional de Costa Rica!»
Liberación Nacional lo calificó de: «Exabrupto y una mancha en la historia diplomática costarricense»
Otto Guevara, fiel a su estilo, no desaprovechó la oportunidad y espetó: «Le siguen el juego a los gobiernos del ALBA, para protestar contra la presencia del Presidente Temer, argumentando tener serias dudas sobre las prácticas democráticas en Brasil»
La UCCAEP dice estar «preocupada» porque según ellos, «El presidente decidió retirarse del recinto como un acto de protesta, cuando el proceso seguido en Brasil está respaldado por la Constitución de ese país»
¿Por qué tanto temor?
Al analizar las reacciones de estos sectores, la pregunta que debe hacerse es ¿Por qué tanto temor?. Si analizamos el balance comercial con Brasil, este país no nos es representativo. Tampoco lo es en el plano político internacional, donde Brasil se ha caracterizado por permanecer al margen de lo que sucede en Centroamérica, y más puntualmente en Costa Rica.
El gobierno de Temer, al llamar a consulta a su embajador en Costa Rica, es claramente un acto de intimidación, pero sin repercusiones importantes para nosotros. Es un «saludo a la bandera» con la única intensión de decirle al gobierno de Costa Rica: «No nos gustó lo que hicieron».
Entonces, ¿Cuál es la causa de tanto temor?. Es evidente que el objeto hacia el cuál van dirigidas todas esas disculpas enmascaradas de indignación, no van hacia el Brasil y mucho menos hacia el presidente Temer, sino que tiene que ver con el temor de un viraje ideológico hacia la izquierda, que nos coloque en contraposición a los Estados Unidos.
¿Se debe temer?
Este gobierno, a través de los años, nos ha demostrado ser ambivalente en su política. Se mueve de la derecha a la izquierda y eso produce inseguridad a los grupos interesados. Ha sido criticado por la izquierda nacional al empecinarse con el T.P.P., la Ley de Recurso Hídrico y otros tantos temas. Igualmente ha sido fustigado por la derecha al no apoyar proyectos que son impulsados desde las curules del Movimiento Libertario, el Partido Liberación Nacional, el Partido Unidad Social Cristiana o los partidos de corte evangélico. Lo cierto del caso, es que a juzgar por lo sucedido en el pasado, el gobierno de Luis Guillermo Solís regresará a la senda que traía y el gesto en la O.N.U. quedará en el pasado sin tener importancia alguna.
Es claro que en términos generales, este gobierno no representó ningún cambio ideológico importante y que acciones como estas son hechos aislados que por sí solos, no tienen repercusión alguna, así que estos grupos conservadores no deberían temer reacción alguna por parte de los EE.UU en este caso.
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